Esto es menos mi opinión sobre la obra de Sarah J. Maas y más mis quejas sobre el trabajo que hizo Cross Books traduciendo y editando la serie.
La letra es diminuta, el espaciado causa enredos con los diálogos y la narración, hay errores gramaticales y si se compara el texto en inglés original con la traducción hecha entonces se pueden notar varias inconsistencias. Como cuando se usan palabras largas para sonar inteligente.
Honestamente, varias veces dejé el libro porque me molestaba mucho la vista si pasaba más de cinco páginas sin pausa alguna. Tengo muy mala visión y, honestamente, no soy lo suficientemente masoquista como para acabarlo en una sentada si va a estar tan mediocremente trabajado.
Una Corte de Rosas y Espinas, el primer libro de una serie fantástica (más como género que como cualidad en este caso) escrita por la anteriormente mencionada Maas. merecía más amor a la hora de llevarlo a las estanterías hispanoparlantes. Aparentemente, Planeta sacó una edición del libro pero en las tiendas venezolanas a las cuales mi triste persona tenía acceso solamente estaba el ñordo de Cross Books a la venta y fue el que adquirí junto al Legado Maldito y Luna de Plutón.
Si pudiese devolver la compra completa, tal vez lo hiciese pues Luna de Plutón fue la única lectura decente del trío. Rosas y Espinas fue... Fue bueno, sí, pero gracias a la editorial, leerlo fue un proceso doloroso. Confieso que no lo terminé.
Al menos, no en físico. La tecnología de hoy en día me permitió disfrutar de la historia a manera de un libro electrónico de páginas hermosamente dispuestas, con fondos llenos de diseños personalizados que no distraían de la lectura y que aún así lograban formar una imagen atractiva para incentivar el no soltar el libro, todo un trabajo que destilaba amor con cada signo de puntuación correctamente utilizado.
Dejando todo eso de lado, todavía no he leído la segunda parte de la serie, Una Corte de Niebla y Furia, pero tengo planeado hacerlo pues Rosas y Espinas ha sido lo suficientemente intrigante como para continuar.
El primer libro causó cierto boom con su salida y me sorprendió que una cantidad considerable de gente lo estuviese esperando con tanto ahínco. La historia sonaba aburrida, juzgándola por su resumen trasero: chica normal conoce a chico no normal, pasan de llevarse mal a llevarse bien para resultar en un romance mientras cosas posiblemente interesantes sucedan fuera de foco. No está muy alejado de la realidad, pero en un giro de la trama de esta nuestra vida, resulta y acontece que la protagonista, Feyre, tiene personalidad.
Alucinante, lo sé.
Desconocía el hecho de que se suponía que sería un recuento de la historia de la Bella y la Bestia, con maldición a derrotar y todo, pero antes de acabar los doce capítulos se vuelve tan obvio que duele en cierto nivel espiritual. En especial porque el comienzo parecía ir en una dirección completamente diferente a la que tanto el resumen como ese dato quieren indicar: Feyre es una cazadora casi analfabeta que vive como el único sostén de una familia de cuatro, sus padre, dos hermanas y ella misma. Desde la muerte de su madre, todo se vino abajo y apenas tienen suficiente como para dormir bajo un techo y no morir de hambre.
Ése fue el comiendo de la historia que yo, al avanzar, quise seguir leyendo con todas mis ganas. Cómo Feyre supera las vicisitudes de la vida y consigue levantar a su familia o, tal vez, dejarla atrás y encontrar ella misma un lugar donde realmente pueda ser apreciada por méritos propios. Quién sabe. Es una protagonista que se daba para eso, para dirigir ella misma las aventuras y desventuras que podría vivir.
Pero no, Tamlin, el "chico no normal", aparece y se la lleva a un mundo mágico de seres inmortales y soluciona todos sus problemas con un gesto de su mano.
Claro está, la conduce a muchos problemas más una vez que la trama decide ponerse seria y recordarnos que existe pero son problemas a los cuales Feyre reacciona. Este montón de cosas suceden y, está bien, ella decide poner sus propias cartas sobre la mesa pero siempre desde un papel menos activo del que podría haber tenido si hubiese sido ella misma quien se enfrentase con sus propios talentos y condiciones a la vida misma, no a un montón de máscaras mágicas.
Y recuerden las máscaras, serán un punto importante en una entrada futura.
De decir más, estaría contando detalles sobre una trama que vale mucho la pena experimentar uno mismo.
En todo caso, la obra sí es buena y vale la pena leer Rosas y Espinas como buscar Niebla y Furia (en especial sabiendo que con éste tocan el mito de Hades y Perséfone) como esperar por la tercera entrega: Una Corte de Alas y Ruina, cuya supuesta salida es en mayo del 2017. Simplemente no es la odisea que varios pintan por ahí, por mucho que yo crea que debas invertir tu tiempo leyéndola. Si yo pusiese puntajes de algún tipo, sería un seis punto algo o un sólido siete. Pero como no los pongo, solamente les puedo pedir que, en el extraño caso de que no lo hayan hecho ya, le den una mirada como mínimo.
Dejando todo eso de lado, todavía no he leído la segunda parte de la serie, Una Corte de Niebla y Furia, pero tengo planeado hacerlo pues Rosas y Espinas ha sido lo suficientemente intrigante como para continuar.
El primer libro causó cierto boom con su salida y me sorprendió que una cantidad considerable de gente lo estuviese esperando con tanto ahínco. La historia sonaba aburrida, juzgándola por su resumen trasero: chica normal conoce a chico no normal, pasan de llevarse mal a llevarse bien para resultar en un romance mientras cosas posiblemente interesantes sucedan fuera de foco. No está muy alejado de la realidad, pero en un giro de la trama de esta nuestra vida, resulta y acontece que la protagonista, Feyre, tiene personalidad.
Alucinante, lo sé.
Desconocía el hecho de que se suponía que sería un recuento de la historia de la Bella y la Bestia, con maldición a derrotar y todo, pero antes de acabar los doce capítulos se vuelve tan obvio que duele en cierto nivel espiritual. En especial porque el comienzo parecía ir en una dirección completamente diferente a la que tanto el resumen como ese dato quieren indicar: Feyre es una cazadora casi analfabeta que vive como el único sostén de una familia de cuatro, sus padre, dos hermanas y ella misma. Desde la muerte de su madre, todo se vino abajo y apenas tienen suficiente como para dormir bajo un techo y no morir de hambre.
Ése fue el comiendo de la historia que yo, al avanzar, quise seguir leyendo con todas mis ganas. Cómo Feyre supera las vicisitudes de la vida y consigue levantar a su familia o, tal vez, dejarla atrás y encontrar ella misma un lugar donde realmente pueda ser apreciada por méritos propios. Quién sabe. Es una protagonista que se daba para eso, para dirigir ella misma las aventuras y desventuras que podría vivir.
Pero no, Tamlin, el "chico no normal", aparece y se la lleva a un mundo mágico de seres inmortales y soluciona todos sus problemas con un gesto de su mano.
Claro está, la conduce a muchos problemas más una vez que la trama decide ponerse seria y recordarnos que existe pero son problemas a los cuales Feyre reacciona. Este montón de cosas suceden y, está bien, ella decide poner sus propias cartas sobre la mesa pero siempre desde un papel menos activo del que podría haber tenido si hubiese sido ella misma quien se enfrentase con sus propios talentos y condiciones a la vida misma, no a un montón de máscaras mágicas.
Y recuerden las máscaras, serán un punto importante en una entrada futura.
De decir más, estaría contando detalles sobre una trama que vale mucho la pena experimentar uno mismo.
En todo caso, la obra sí es buena y vale la pena leer Rosas y Espinas como buscar Niebla y Furia (en especial sabiendo que con éste tocan el mito de Hades y Perséfone) como esperar por la tercera entrega: Una Corte de Alas y Ruina, cuya supuesta salida es en mayo del 2017. Simplemente no es la odisea que varios pintan por ahí, por mucho que yo crea que debas invertir tu tiempo leyéndola. Si yo pusiese puntajes de algún tipo, sería un seis punto algo o un sólido siete. Pero como no los pongo, solamente les puedo pedir que, en el extraño caso de que no lo hayan hecho ya, le den una mirada como mínimo.
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