martes, 13 de diciembre de 2016

Sinsentido

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Aferrándose con toda la fuerza que sus años le permitían a los vestigios de una humanidad perdida, gritó.

Sus alaridos resonaron tanto en la oscura y vacía habitación como dentro de su pecho, creando una melodía desagradable junto al latir de su corazón. Era una sorpresa que, después de tanto tiempo, pudiese permitirse el lujo del sonido a pesar del estado en el cual se encontraba su garganta: desgarrada, desgastada, incapaz de soportar el paso de cualquier tipo de alimento (no importaba, si pudiese su estómago lo devolvería de todas formas).

La muerte era inminente, en especial la suya, y no estaba clamando por ayuda.

Se preguntaba por qué tardaba tanto. Por qué. Por qué. ¿Por qué no llegaba la Parca a pesar de que tanto la llamara?

Manos repletas de sangre ajena y una historia llena de lágrimas que causó era todo lo que le quedaba, además de las cadenas que mantenían su cuerpo firmemente sujeto a la pared.

Había estado tanto tiempo así que a veces creía haber vivido toda su vida en la pared, su pared, dejando los colores, los sabores, la realidad misma, como ilusiones de su mente cruel. Invenciones de su roto espíritu. Otras veces creía que nunca había vivido y, por ende, no podría morir.

Esas veces lloraba horas y horas, días y días. Tal vez solamente minutos. Sin ventanas ni relojes se quedaba sin manera de saber.

Luego, simplemente volvía a gritar.
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lunes, 5 de diciembre de 2016

Opinión: El escuadrón de los comerciales pagos de dos horas

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Lo admito, me quejo acá porque no tengo con quien hacerlo en la vida real.

Como nota rápida, diré que Cazafantasmas (2016) y el Escuadrón Suicida son películas que puedes dejar de ver y no perder absolutamente nada. Es todo lo que comentaré con respecto a la primera, pero para la segunda, tengo unas cuantas palabras para continuar el tema.

Es un hecho que el Escuadrón Suicida es superior que Superman: el hombre de acero y que la Liga de la Justicia, en especial porque Zack Snyder no la dirigió, pero no por ello es buena. Casi, pero no.

Michael Bay para tontos.

Al igual que las demás películas recientes de DC Comics, el Escuadrón Suicida se siente como un tráiler de su versión extendida. Y ya sus propios tráilers eran bien largos y tediosos, mostrando más que los mejores momentos y dejándonos deseosos del contenido que supuestamente iba a conectar tales escenas pero que, al final, falló en ese y otros aspectos.

No haré una crítica sobre la película pero sostengo la opinión de que no vale mi esfuerzo (una lástima, porque ver a Will Smith como Deadshot y a Margot Robbie como Harley Quinn es un gusto), pero sí quiero mencionar algo de la compañía que me ha dejado con mal sabor de boca.

La creencia de que la versión extendida de una película arregla todos los problemas es una que me molesta inmensamente, porque entonces me salto el ver la primera versión completamente. Dicha versión es la que estuvo en pantalla grande, la que llamaba a la gente a gritos con su campaña publicitaria, la que se proyecta en un espacio y tiempo dedicados a crear el ambiente idóneo para su disfrute óptimo.

Yo no gasté mi dinero ni puse el culo en una sala de cine pegajosa para ver la versión extendida de alguna triste película de DC Comics, lo hice por la que ellos decidieron que estaba adecuadamente editada para su muestra. Debió ser suficiente y debió dejarme queriendo más.

Pero no, me dejó necesitando más. Lo dije más arriba, es como si fuese un tráiler de más de hora y media porque lo que necesito ver no fue aquello en lo que invertí dinero porque el producto original estaba vacío, desconectado y simplemente mal. También me dejó necesitando mi dinero de vuelta.

En resumen: DC Comics debe quedarse en la pantalla chica y Zack Snyder en el sótano de su casa.


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jueves, 1 de diciembre de 2016

Recomendación: Kubo and the Two Strings

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El 2016 ha sido un desastre tanto en gran como en pequeña escala. Pero Fidel Castro murió y vengo a expresar mi desvergonzada felicidad.

Soy una mala persona, una horrible persona. Qué dolor.

De todas formas, si esa noticia no es suficiente, les traigo a manera de recomendación una película que casi me hace llorar de lo hermosa que es. No hermosa en el sentido de ay, estos personajes o ay, esta historia. No. La película es hermosa, es preciosa y es dolorosa porque al imaginarme el trabajo monumental que debió llevar me tiembla el corazón.

Esa película de la cual les hablo es la muestra de que el amor al arte existe.


Kubo and the Two Strings (Kubo y las dos cuerdas mágicas o Kubo y la búsqueda del samurai, dependiendo de en dónde vivas) es amor.

También es una producción del estudio Laika, quien previamente nos trajo Coraline y ParaNormal (ambas cien por ciento recomendadas). Es animada y a sus personajes les dieron sus voces actores de alto calibre como Matthew McConaughey y Charlize Theron. Como es usual para el estudio, la película fue hecha en animación stop motion. Tal fue su grado de dedicación, que cualquier ojo despistado podría jurar que fue animada completamente en digital, con modelos 3D en una computadora en el sótano de alguna madre decepcionada sosteniendo una carta de rechazo a los estudios Disney.

Pero no, es stop motion y se nota tanto como a la vez no. Un gran logro que merece mucho más aprecio del que obtuvo, pues apenas pudo recaudar poco más de su presupuesto luego de su estreno en agosto del 2016.

Quisiera hablar de la trama pero cualquier cosa que cuente podría ser demasiado y arruinar tu experiencia, así que me limitaré a decir que acompañaremos a Kubo (Ark Parkinson) en una aventura por diferentes escenarios en la búsqueda de tres piezas de una armadura que le ayudarán a derrotar a un espíritu maligno. Suena lo suficientemente típico y, en lo que refiere a los aspectos más superficiales, Kubo no va a freírte el cerebro con algún giro espectacular (ése es el trabajo de sus visuales y su banda sonora). Me atrevo a decir que a media película ya sabrás como terminará.

Y a la vez no, porque Kubo es una historia sobre amor, sorpresas y, por encima de todo, una historia sobre historias.

Todo ello, envuelto en un épico paquete de ambientes orientales, sentimientos encontrados, madres enfermas y las dos cuerdas de un shamisen que hace origami con música. Papiroflexia musical, quién lo habría imaginado (Laika, por supuesto).

Si los primeros cinco minutos no quedas embelesado con el movimiento de los granos de arena o de las hebras de cabello, es que necesitas lentes o alma nuevos. Ello no significa que no puedas entretenerte con la trama o con sus singulares personajes (como la seria Mona guardiana o el muy simpático Escarabajo), para nada, pues ésta es una producción con mucho que ofrecer si miras bien y no parpadeas.



Y si debes parpadear, hazlo ahora.
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